Probablemente el barrio más atractivo y típico de Iquitos. Para adaptarse a las altas crecidas del río, este barrio se construyó sobre balsas y lianas trenzadas, en chozas y viviendas precarias. Durante la estación seca, descansan en el suelo fangoso, y durante la estación de lluvias, flotan al ritmo del río. Allí se ha organizado todo un mercado, y la gente va y viene de una cabaña a otra para vender sus productos. Muy concurrido y muy típico, es el punto de encuentro de pescadores, artesanos, comerciantes y desempleados; un mercado colorido, inquieto y ruidoso.